domingo, 9 de octubre de 2016

¿Hay forma humana de evitar que nuestro pelo se vuelva gris?

Tarde o temprano aparecen. Quizá por eso, porque terminan blanqueando las cabezas de todo el mundo, las juzgamos con indulgencia: son símbolo de experiencia, nos hacen interesantes. Pero las canas son simplemente producto de un proceso genético, en el que influye, además, nuestro lugar de procedencia. Un estudio publicado en Nature Communications desveló que el único responsable de que nuestro pelo pierda su color original es un gen llamado IRF4. La investigación realizada entre más de 6.000 personas de América Latina demostró que este rasgo sólo lo presentaban aquellos que compartían ascendencia europea.

“Aunque de manera excepcional alguna enfermedad como el vitíligo pueda propiciar la llegada de los primeros pelos grises, en la mayoría de los casos nuestro árbol genealógico será quien medirá la probabilidad de que se produzca este fenómeno”, explica el dermatólogo Miguel Ángel Gorospe. Las que tienen la última palabra son las células pigmentarias encargadas de producir melanina. “Cuando dejan de hacer su función, los melanocitos propician que el pelo pierda su color original”, explica el doctor. Sea como fuere, este fenómeno ha dado lugar a varios mitos y leyendas urbanas, que procedemos a aclarar:

“Son inevitables”

Verdadero: “Se están llevando a cabo tratamientos antioxidantes como la pseudocatalasa [un producto que emula la catalasa, una enzima del ser humano cuyos niveles, si están bajos, pueden conducir a la aparición de vitíligo], pero aún se hallan en una fase inicial, y requieren un mayor tiempo de estudio”, dice el doctor Eduardo López Bran, responsable de la Unidad de Trasplante de Pelo en la clínica Imema (Madrid). El proceso de aparición de canas tampoco se puede prevenir, ni retardar, dejando la aplicación de tintes como única opción para quienes quieren disimularlas.

“No se caen”

Falso: Una cosa y otra no tienen nada que ver. “La calvicie y la canicie dependen de distintos procesos genéticos”, aclara López Bran. El estudio al que hacíamos alusión concluyó que son dos los genes responsables de la pérdida de cabello: los conocidos como GRID1 y AR/EDA2R. Y no son los que determinan el color que nuestra cabellera tendrá en el futuro.

“Si te salen de joven, hay que preocuparse”

Falso… casi siempre: Aunque lo habitual es que afecte más a los maduros, también puede darse en jóvenes, en la mayoría de los casos por razones hereditarias: si tus padres tuvieron canas prematuras, tus hijos las tendrán. Pero no siempre es así: un estudio del Hospital Father Muller (India) halló una carencia de vitamina D3 en jóvenes con el pelo gris. Otra investigación, de la Clínica Hairline International (también en India), encontró un nexo entre niveles bajos de vitamina B12 y la aparición temprana de canas.

“Afloran por disgustos”

Falso: Un susto o un arranque de miedo no blanquean nuestro cabello. Otra cosa es que el estrés prolongado termine influyendo en la acción de los melanocitos, anticipando la llegada de las canas, como probó un estudio de la Universidad de Nueva York (EEUU) publicado en 2013.

Las canas también se caen. "La calvicie y la canicie obedecen a procesos genéticos distintos", explica Eduardo López Bran, dermatólogo y cirujano.

“Si arrancas una, se multiplican”

Falso. Pero sí que puede tener otro tipo de consecuencias: “Dañaríamos el folículo piloso, y este deterioro podría contribuir a la aparición de pequeñas calvas”, asegura López Bran.

“No salen más por usar tinte”

Verdadero: La creencia de que teñirse propicia la posterior aparición de pelos grises también es usual. Lo desmiente López Bran: “Nada más lejos de la realidad; los siguientes cabellos volverán a crecer de manera natural”. De nuevo, es bajo nuestra dermis donde se decide de qué color será nuestra cabellera.

“El tabaco las fomenta”

Verdadero: Un estudio publicado en la revista Indian Dermatology aseguró que se da una relación directa entre la nicotina y una prematura aparición de canas. El efecto prooxidante de esta sustancia podría dañar los melanocitos e impedir que estos sigan ejerciendo su función colorante correctamente.

“Son sexys”

Verdadero: Lucir una cabellera o una barba canosas se ha convertido en un símbolo de atractivo masculino. De este modo lo confirmó una encuesta realizada por la revista Allure. Preguntaron a los entrevistados qué les sugería un hombre con el pelo canoso. El adjetivo más repetido fue “distinguido”. Ante la misma pregunta, referida a las canas en la mujer, los hombres encuestados respondieron en masa: “mayor”.