La barba (con el respectivo bigote) protege de los rayos UV, del polen, del frío y mantienen la tersura de la piel, según un estudio. Con o sin ella, el Laboratorio de Física de la Atmósfera de la UMSA recomienda cuidarse de la radiación UV, que será alta también en este abril.
Un estudio de la Universidad de Southern Queensland (Australia), publicado en la revista británica Radiation Protection Dosimetry, encuentra cuatro motivos para dejarse crecer la barba.
El primero tiene que ver con la protección de la cara ante la radiación ultravioleta (UV). Mediante sensores microscópicos aplicados en diferentes puntos de la cara, fue posible medir la intensidad de la UV que alcanza a la piel con y sin barba.
Por un lado, la barba cubre de por sí un tercio de la cara y, asociada con un buen sombrero y lentes con filtro UV, más de la mitad de la misma. Por el otro, opera como un filtro, llegando a bloquear más del 90% de la UV, dependiendo de cuán larga y tupida sea. Es más difícil que aparezcan lunares o manchas peligrosas en la piel protegida.
El estudio determinó también que la barba actúa como barrera ante el polen. Éste se propaga por el aire. De hecho, los varones que llevan barba resultan menos propensos a sufrir de asma.
Las últimas dos virtudes se relacionan con la protección de la cara y la garganta del viento y de las bajas temperaturas. En suma, con barba se tiene un rostro más hidratado y juvenil.
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