jueves, 3 de diciembre de 2015

Munición masculina

Conscientes de que un aspecto cuidado y saludable resulta atractivo en el ámbito personal y laboral, sin rubor alguno, el hombre acude a las bondades de la cosmética, muy seguros de lo que desean mejorar o corregir.

Cada vez más, el hombre tiene un auténtico arsenal de cosméticos, munición suficiente para hidratar el cuerpo, borrar los signos de fatiga provocados por horas y horas frente al ordenador, mimar la dermis tras el afeitado, cuidar el cabello o atenuar las primeras arrugas.

Las nuevas generaciones se lanzan al mundo de la belleza pero con sus propias reglas y un nuevo vocabulario.

“Desean productos fáciles de usar, que no les roben mucho tiempo y que sean específicos para ellos”, explican los responsables de la firma Biotherm.

Esta higiene, aseo personal y el bienestar masculino, exige una cosmética de texturas agradables, más ahora cuando se cumplen 30 años desde que la firma Biotherm Homme lanzara al mercado la primera hidratante para hombres.

Prueba de ello son las últimas fórmulas que existen en el mercado como geles multifunción, hidratantes que suavizan y perfuman, o reductores que tonifican.

También existen productos que iluminan la tez, bien por falta de sueño, agotamiento, estrés o vida desordenada, así como serums que borran las bolsas y las ojeras. Pero las firmas cosméticas han dan un paso más y ofrecen texturas “anti-ageing”, que minimizan las arrugas y estimulan la regeneración celular.

Uno de los productos más usados por el hombre es el “after-shave”, también conocidos como bálsamos, que tonifican la piel después de afeitado. Los últimos en salir al mercado suman activos bacterizados, cicatrizantes, antisépticos e hidratantes, que aportan confort y elasticidad a la piel.

Otro de los cosméticos que más consume el hombre el la hidratante, producto que restablece la película hidrolípidica eliminada tras el rasurado.

El hombre y su historia con los cosméticos

La historia de la cosmética masculina se ha escrito en las últimas cuatro décadas, periodo en el que el hombre ha dejado de ser un analfabeto en el uso de cosméticos.

Pero en el prólogo de la historia aparece un varón masculino con el pecho cuajado de vello. El ideal de belleza del siglo XIX y principios del XX decía que “el hombre y el oso cuanto más peludo más hermoso”.

Bajo ese concepto de belleza, el varón esgrimía el jabón, la loción para después del afeitado y el agua de colonia, como únicos elementos para cuidar su piel.

Fue en 1985 cuando la firma Biotherm Homme se preocupó por la dermis masculina y brindó al hombre la oportunidad de cuidarse más con hidratantes, antiarrugas y reafirmantes.

“Se pasó de la pastilla de jabín y de la espuma de afeitar a la primera hidratante masculina, con la mujer como principal maestra de formación”, explican los responsables de Biotherm a EFE.

Poco a poco, los hombres, algunos a escondidas, empezaron a coquetear con los cosméticos.

“En 1990 solo el 4 por ciento de los españoles usaban algún producto de cuidado facial, hoy el 50 por ciento no puede vivir sin ellos”.

El camino no ha sido fácil, el hombre ha necesitado entender y apreciar el beneficio y la recompensa que suponía añadir a su rutina diaria de afeitado una buena hidratación.

Y así, de la hidratante se pasó a la exfoliante, de la exfoliante al contorno de ojos y, a medida que cumplía años y su piel maduraba, el género masculino también incorporó las cremas anti-edad.

“Desde el 2012, el lanzamiento de productos específicos para el hombre se ha incrementado en un 70 por ciento”, según un estudio de la firma Biotherm Homme.

Nuevos términos cosméticos

La comunidad masculina presume de conceptos como el “grooming” (aseo) y “mampering” (hombre que cuida su cuerpo), etiquetas que van mucho más allá de un buen corte de pelo o una barba arreglada.

“Brotox”. Los hombres jamás se inyectan toxina botulinica, esa sustancia esta reservada para las señoras, el varón utiliza el “broto”, que es lo mismo, pero se llama diferente.

“Manscaping”. La depilación se queda en el terreno femenino, ya sea eliminar el vello del pecho, espalda, brazos, tripa o piernas. Ellos prefieren acabar con los pelos con el “manscaping”.

“Bacne”. El acné es un problema de adolescentes, el exceso de sebo causado por la testosterona, en el nuevo lenguaje de la belleza masculina se denomina “bacne”.

Y, para concluir, está el “manzilian”, término especifico para la depilación de genitales.

NÚMEROS

8/10 hombres eligen ellos mismos el cosmético que quieren, su compra es otro cantar.

65% lo hace por su cuenta y el 35% encarga la compra a otra persona, según el estudio Kantar.

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