Los tejidos se desarrollan en relieve sobre la zona afectada, presentan un color rosado fuerte y son a veces dolorosos. Tanto los hombres como las mujeres son afectados por estas cicatrices. Estas marcas aparecen cuando la herida está llena e hinchada por el colágeno, lo que vuelve la cicatriz más ancha. No son peligrosas, pero pueden provocar riesgos en el futuro.
Se debe tomar en cuenta que es primordial tratar una herida desde los primeros días para limitar el riesgo de infección y la aparición de cicatrices antiestéticas, ya que el proceso de cicatrización empieza en las horas que siguen al acto quirúrgico. Es indispensable limpiarla y protegerla hasta que se cierre. Las marcas que continúan siendo dolorosas pueden ocultar una infección. Por lo tanto, en caso de duda, acude a un especialista.
Cuidarse del sol
Una cicatriz reciente debe ser protegida del sol a mínimo durante los 6 primeros meses que siguen a su aparición. Esto concierne todos los tipos de cicatrices que sean consecuentes a una caída, un accidente, una operación, una quemadura y también una cortadura o debido a un acto dermatológico. Las consecuencias de los rayos solares sobre las cicatrices dependen de su antigüedad. En casos de marcas recientes, el sol puede tener efectos irremediables sobre la cicatriz, ya que ésta se va a broncear y conservar una pigmentación más fuerte que la piel sana próxima. Por lo tanto, se notará con mayor intensidad. Cúbrela con ropa, ya que se proscribe las exposiciones al sol. Cuando la cicatriz está blanca, sigue siendo más sensible al sol que una piel sana. Para protegerla, aplícate una crema solar con protección máxima. También puedes optar por las cremas que tienen una acción antiedad, ya que contienen una gran cantidad de antioxidantes. Renueva la aplicación cada 2 horas.
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