Muchas veces buscamos fuera de nosotros la solución para tratar diferentes problemas y nos olvidamos del poder que tenemos nosotros mismos para “ponernos las pilas”.
El estrés, las prisas con las que hacemos todo en estos tiempos locos o la falta de tiempo para nosotros mismos hacen que vayamos olvidando ciertos procesos que, no obstante, pueden ser beneficiosos para sentirnos mejor. Precisamente con el objetivo de que volvamos a tomar conciencia del potencial de nuestro propio cuerpo nació el método Feldenkrais.
Conseguir un total control de nuestro cuerpo y, de esta manera, de todas las posibilidades que éste nos brinda puede ayudarnos a mejorar el desarrollo de nuestras actividades diarias. En este sentido, el método Feldenkrais es considerado como un proceso de aprendizaje somático y neurológico, ya que trata de acceder al cerebro para crear nuevas conexiones neuronales y éstas nuevos patrones de movimiento más eficientes.
Según Patricio Simon, director administrativo del Instituto Feldenkrais España, en este método “se investigan caminos olvidados de la percepción, del pensamiento y del movimiento que hacen posible llevar una vida plena, acorde al potencial individual de cada persona”. Y para ello esta terapia se basa en la interacción de movimientos coordinados y el aprendizaje sensorio-motórico individual desde un prisma de consciencia total; una vez que se han reforzado estos mecanismos, cada persona puede alcanzar una toma de conciencia completa de su cuerpo y, por lo tanto, consigue una mayor eficacia de los movimientos corporales.
Fue el doctor de origen ucraniano Moshé Feldenkrais quien creó este método en el siglo XX gracias a sus conocimientos de anatomía y de fisiología, que fueron completados con su amplio control de diferentes técnicas de autodefensa, entre las que se incluye el deporte del judo. Una mezcla de actividades que propició una nueva terapia que, en pocas décadas, está consiguiendo aumentar el número de personas interesadas en su estudio y en su práctica. Tanto es así que ya hay países en los que en sus propios sistemas sanitarios se trabaja con el método Feldenkrais.
¿Para quién está indicado?
El método Feldenkrais es una técnica no agresiva, suave, siempre adaptada y personalizada a las capacidades y potenciales de la persona que lo está desarrollando. Por este motivo, se trata de un método bastante seguro y con apenas contraindicaciones.
No obstante, las mujeres embarazadas deben abstenerse de practicar Feldenkrais y cualquier persona con una enfermedad crónica debe consultar, como siempre, antes a su médico especialista, quien indicará si somos aptos para este tipo de ejercicios y especificará qué cosas podemos hacer o no.
Debido a que se trata de un método adecuado para trabajar la percepción y el control corporal en cualquier campo humano, el Feldenkrais es apropiado para todas las personas aunque su forma de vida no esté basada en el cuerpo, como puede ser el caso de los deportistas o algunos artistas.
El método Feldenkrais permite una mejora corporal general, por lo que también es muy apropiado para personas especialmente sedentarias que no trabajan su cuerpo a través de ninguna actividad física.
A pesar de que no se puede considerar al Feldenkrais como una terapia de educación postural, no hay duda de que enseña a cómo emplear nuestros músculos de una forma más efectiva y menos dolorosa y dañina. Por lo tanto, es ideal para personas que sufran dolores musculares de manera habitual o que tengan alguna enfermedad que les impida trabajar ciertos músculos.
Además, la parte preventiva de este método hace que sea adecuado para quienes busquen mejorar sus movimientos o postura cuando son estos los que producen algún tipo de dolor. Por ejemplo, aquellas personas que trabajan sentadas durante muchas horas o aquellas que siempre hacen un tipo de movimiento en su trabajo. En estos casos, el objetivo no es tratar el dolor, sino prevenirlo para evitar que vuelva a aparecer.
Por otro lado, está indicado para niños con problemas de desarrollo motor, ya sea por un retraso neurológico o sólo fisiológico.
En este sentido, el método Feldenkrais les ayudaría a trabajar aquellos movimientos que no pueden realizar de manera autónoma. Este mismo problema lo pueden sufrir personas adultas que sufren diferentes enfermedades, como pueden ser derrames cerebrales, esclerosis múltiple, etcétera.
Igualmente, es adecuado para gente con problemas de movimiento o con una pérdida sustancial de musculatura por falta de ejercicio o de movimiento (por ejemplo, tras una larga estancia en cama por enfermedad o accidente) o por la edad.
Beneficios del método
El método Feldenkrais implica, según Patricio Simon, director administrativo del Instituto Feldenkrais España, “un proceso de aprendizaje somático y neurológico”, lo que conlleva que trabaje con muchos aspectos del cuerpo humano y presente, por tanto, múltiples beneficios. Entre ellos, sirve para aumentar y mejorar la flexibilidad, la coordinación, el movimiento, la postura, la flexibilidad, la coordinación y la relación espacial. Todo esto nos llevará a un mejor conocimiento y control de nuestro cuerpo que conseguirá un mejor uso de él, puesto que se ampliarán las posibilidades de acción y su destreza.
Además, otro de los beneficios del método Feldenkrais es que tiene una parte preventiva y de reparación. Y es que el trabajo físico que se realiza en sus sesiones resulta adecuado para la recuperación de lesiones (siempre que un médico lo aconseje), ya que ayuda a potenciar la musculatura. Por otro lado, también es útil para prevenirlas, ya que este fortalecimiento muscular, unido al el aprendizaje consciente del control corporal, nos permitirá utilizar los movimientos más adecuados para realizar tanto las actividades del día a día como las deportivas sin caer lesionados.
Asimismo, Patricio Simon señala que el Feldenkrais contribuye a “la reducción o liberación de dolores crónicos” asociados a la artrosis, las lumbalgias, la osteoporosis, las contracturas, el dolor lumbar y cervical…, así como a “controlar corporalmente el estrés ”. Con el conocimiento y control del cuerpo y de sus sensaciones, se puede manejar situaciones estresantes a través de la respiración y la relajación.
Un beneficio menos físico, pero igual de interesante, es que el método Feldenkrais ayuda a incrementar la creatividad y la vitalidad. Nos encontraremos mejor físicamente, lo que conllevará a tener un mejor estado de ánimo, con lo que podremos potenciar nuestras cualidades y, por otra parte, la calidad de vida.
¿Cómo es una sesión de feldenkrais?
El método Feldenkrais consiste en realizar una serie de movimientos fácilmente ejecutables, desconocidos o apenas utilizados, sin llegar a suponer ningún esfuerzo ni mucho menos llegar a provocar algún dolor. Así podremos automatizarlos, lo que nos permitirá realizar nuestras tareas habituales de manera más eficiente.
En las sesiones de Feldenkrais se busca que la persona esté atenta al gesto que está realizando comprendiendo las sensaciones que produce. Es, por esto mismo, por lo que es más importante el proceso de autodescubrimiento de las posibilidades de nuestro cuerpo que el hecho de conseguir completar un ejercicio a toda costa.
Para conseguir estos objetivos, esta técnica abarca, como explica Patricio Simon, director administrativo del Instituto Feldenkrais España, dos modalidades de enseñanza: individual y en grupo.
Las sesiones del método Feldenkrais de grupo, también llamadas toma de conciencia a través del movimiento o ATM (siguiendo las siglas en inglés), pueden ser curiosamente individuales, puesto que no es necesario un número determinado de participantes para llevarlas a cabo. En ellas, se realizan una serie de movimientos secuenciados guiados verbalmente por el experto, quien elegirá entre el millar de lecciones disponibles según el nivel de los participantes y lo que se quiera trabajar. “El profesor guía verbalmente a los alumnos a través de secuencias de movimientos suaves, orgánicos, sin esfuerzo”, indica Patricio Simon, quien insiste que, “a través de estos movimientos el alumno va descubriendo los caminos que le permiten optimizar sus movimientos”.
Normalmente, las sesiones de grupo se realizan con la persona tumbada o sentada, ya que hay muy pocos ejercicios que requieran estar de pie. Los resultados de estas lecciones, cuya duración aproximada es de una hora y un precio aproximada de 15-20 euros, son una mejor respiración, una mayor movilidad, una reducción del dolor que produce sensación de bienestar.
Por su parte, las sesiones del método Feldenkrais individuales, conocidas como integración funcional o por las siglas en inglés IF, pretenden “ofrecer un tratamiento personalizado que atienda a las necesidades individuales de la persona”, en palabras del director administrativo del Instituto Feldenkrais España.
El profesional utiliza sus manos para realizar movimientos suaves y no invasivos a la persona aprovechando su esqueleto y musculatura. De este modo, mientras te van haciendo esta sesión vas descubriendo nuevas posibilidades motoras, lo que potenciará el desarrollo de la persona.
La modalidad individual, cuyo precio ronda los 50 euros, suele ser utilizada por personas con dificultades neurológicas u ortopédicas, además de por profesionales que requieren de un gran control de su cuerpo como deportistas o bailarines; no obstante, cualquier persona puede enriquecer sus capacidades con este tipo de sesiones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario