Es importante tener una disciplina diaria de cuidado de la piel, y eso incluye saber cómo lavarse el rostro adecuadamente.
Primer paso. Asegúrese de limpiar sus manos con un jabón antibacterial. Esto se hace para prevenir que la diversa suciedad que se acumula en las manos a lo largo del día haga contacto con la piel de la cara. Recoja su cabello para apartarlo del rostro, las orejas y el cuello para poder lavar libremente. Retire todo maquillaje facial antes de comenzar.
Segundo paso. La temperatura del agua es importante. Humedezca su cara con agua tibia: esta abre los poros. Nunca use agua caliente en el lavado de su cara, ya que reseca la piel.
Tercer paso. Vierta un poco de limpiador sobre las manos húmedas. Los limpiadores cremosos funcionan para la piel seca y los ligeros son buenos para la piel grasosa. Luego masajee el limpiador con las yemas de los dedos sobre la cara, la frente y las raíces del cabello, la nariz, la boca, el mentón, las mejillas y por último el cuello.
Acabado. Lave la cara y el cuello con agua fría para cerrar los poros. Utilice una toalla limpia y suave para secar el rostro.
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