El pelo rizado a veces es difícil de desenredar, tiene mucho volumen o se reseca fácilmente. En climas más húmedos además sufre de los efectos de frizz, sin embargo, es en este medio en donde el cabello encrespado sufre menos de resequedad. Por el contrario, en las zonas más secas, este tipo de pelo suele estar seco y quebradizo producto de la falta de humedad.
Con el cabello ondulado, se debe tener además cuidado en el lavado, porque es más frágil que el pelo liso, debe ser lavado con suavidad y con un champú que lo nutra intensamente.
Por eso, procura elegir siempre champús para cabello seco y rizado y acondiciónalo luego con una crema en base a jojoba, almendras o cártamo. Lava tu pelo rizado con agua tibia, nunca demasiado caliente y has el último enjuague con agua fría para facilitar el desenredado y para que brille más.
Una mascarilla de nutrición profunda una vez por semana. Para intensificar su efecto, aplícate la mascarilla y envuélvete el cabello en una toalla tibia durante media hora y luego lávalo como acostumbras.
Los aceites de palma, jojoba son especialmente indicados, ya que humectan y nutren en profundidad. Aplícate uno de estos aceites antes de dormir y déjalo por toda la noche. Cubre la almohada con una toalla para no manchar la sábana. En la mañana lava tu cabello como de costumbre.
El pelo con rizos es muy fino pero concentrado, por lo que es difícil de cepillar, para hacerlo utiliza un peine de cerdas anchas y de origen natural.
Cepilla tu pelo con mucho cuidado y únicamente después de lavarlo, cuando todavía está húmedo. Cepillar el pelo rizado cuando está seco, provoca que el cabello se erice y que los rulos pierdan sus formas. Por último, después del lavado aplica en tus manos una pequeña cantidad de aceite o silicona anti friz y dale forma a los rizos, separándolo por mechones, así te aseguras un pelo más definido y controlado por todo el día.
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