viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Puedo morir en una cirugía plástica? La respuesta es dura pero es si

Sí. Y también en el sillón del dentista, en casa al tomar cualquier tipo de medicamento, por una fuerte emoción y tener un infarto o cualquier situación del día a día.
Hay muchísimas más muertes por el hábito de fumar que por cualquier tipo de cirugía e incluso por la práctica de varios deportes que no son precisamente de riesgo; pero todo eso no quita que no nos ocupemos de esta situación, menos cuando lo que se pretende es precisamente lo contrario: intervenir el cuerpo para vivir mejor. Esa es la palabra clave: vivir.
En lo que va del año, en Chile, al menos un par de pacientes han perdido la vida en tratamientos de embellecimiento. Culpable o no, la responsabilidad es del que está a cargo, en este caso el médico. Por eso, tenemos que ser extremadamente serios y cuidadosos para evitar este tipo de situaciones.
Muchos pacientes desean una vez asumida la intervención, aprovechar de arreglarse “todo,” por lo que es muy frecuente que a partir de una operación para embellecer el busto, pidan al cirujano afinar la cintura o bien eliminar las estrías y algo de lipoaspiración por aquí y por allá, quizá en la zona interna de muslo o en la rodilla, que hace que se pierda lo estilizado de la pierna y por unos minutos más en pabellón, también se podrían afinar los brazos y como broche final, quitar unos años de más en el rostro.
Lo más importante en una cirugía es el uso del tiempo. A mayor tiempo quirúrgico mayor riesgo.
Conozcamos lo que sucede una vez dormido el paciente, incluso antes de comenzar con la cirugía.
Como primer paso hay que colocar una serie de aditamentos, paños quirúrgicos, censores y mantas de aire cálido, para que el paciente no se enfríe.
Preparar el posible giro para no tocar una zona del lado contrario a donde está el tubo de la anestesia, solicitar asistencia a un par de enfermeras, acomodar al paciente en la posición definitiva en la cual será operado, tal vez boca abajo de forma que todos sus músculos y articulaciones queden en una posición de equilibrio y reposo, ya que como duerme, no puede contar si algo esta tirante o adormecido.
Del rostro también nos preocupamos, ya que al estar horas en posición boca abajo puede generar molestias y dolores que duran días. También protegemos el tubo de anestesia que puede comprimir los labios e incluso soltar un diente.
Los ojos también son de importancia, deben estar cerrados y lubricados apropiadamente para que no se resequen y así no llegar a una ulcera de córnea que provocará rojez, irritación, dolor y lagrimeo. Y para terminar, no hay que olvidar la piel, la que se deber lavar con agua y jabón para luego aplicar una solución que la deje libre de gérmenes y aislar las zonas a tratar con paños estériles.
En resumen, volvemos al tema del tiempo. El exceso de este va en contra de la seguridad del paciente.
Como ya sabemos a mayor tiempo quirúrgico, mayores son las complicaciones.
Realizar una poli-cirugía y alargar demasiado el tiempo operatorio, es riesgoso y puede traer complicaciones como la trombosis venosa en la que se forman coágulos que pueden, después de 3 a 5 días de la operación, soltarse y provocar la muerte por un colapso respiratorio o cardiaco.
Numerosas son las muertes por esta causa y en cirugías de prácticamente todas las especialidades y no sólo en las estéticas.
Si queremos reducir la magnitud del tiempo de cirugía para intentar llevar a cero esta complicación tan dramática y nefasta que aterroriza a los pacientes, y por supuesto también a los médicos, hay que tomar las precauciones necesarias y seguir las normas apropiadas durante la intervención con el equipo médico: controlar el tiempo quirúrgico y evitar las cirugías múltiples, usar medias de compresión y así evitar el colapso venoso, usar anticoagulación siempre que se pueda y al terminar la intervención realizar un simple ecografía en la piernas para detectar alguna formación de coagulo. Si a pesar de todo esto, hemos llegado a una trombosis venosa, podemos tomar medidas terapéuticas para resolverlo.
El objetivo de una buena cirugía estética hoy en día no puede ser otra que utilizar la medicina para mejorar la calidad de vida, pero por encima de todo debemos crear un sistema de trabajo para que el riesgo sea cero y lo primero para lograrlo, es no hacer intervenciones extremadamente prolongadas.
Moraleja: como con el alcohol, la “cirugía estética” consumase con moderación.


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